»Mujeres en prisión, Intervención basada en sus características, necesidades y demandas»

»Mujeres en prisión, Intervención basada en sus características, necesidades y demandas»

Revista: REIC

 Link: http://www.criminologia.net/pdf/reic/ano5-2007/a52007art4.pdf

En este artículo se muestra una realidad que apenas tiene repercusión en los telediarios ni diarios de nuestro país pero que muestra una gran desigualdad a la hora de ser hombre o mujer en la cárcel. A continuación le presentaremos un conjunto de argumentos y de datos que puede que cambien su manera de ver la convivencia en la cárcel a la hora de pertenecer a un sexo o al otro.

En las prisiones de nuestro país gestionadas por y para hombres, sobre una población encarcelada que asciende a 65.539 personas el porcentaje de hombres (91,82%) supera con creces a las mujeres (8,18), la mujer encarcelada ha ocupado siempre una posición muy secundaria debido a su menor entidad numérica y su falta de conflictividad. Esto ha derivado en la perpetuación histórica de una serie de factores de discriminación: precariedad de espacios, peores condiciones de alojamiento, lejanía de su entorno familiar y protector, mezcla de perfiles criminales, etc.

No hace falta más que dar un pequeño repaso a la historia para ver que se ha facilitado un trato desigual a las mujeres dentro de las prisiones, con normas jurídicas que ampararon flagrantes discriminaciones (como su encarcelamiento por conductas consideradas amorales o que rompían con el papel tradicionalmente asignado a su sexo).

Por este motivo, es necesario acometer un profundo debate social sobre el trato que reciben las mujeres que sufren castigo penal por la trasgresión de las normas sociales, pero que a su vez son víctimas de una situación de desventaja social que se ceba en los más desfavorecidos. Por ello, voy a reflejar esta realidad haciéndome eco de los trabajos más recientes que se están llevando a cabo en nuestro país. Desde este prisma descubrimos que su historia está repleta de factores de discriminación social anteriores a su encarcelamiento. En el ámbito familiar, frecuentemente recae en ella la responsabilidad de los hijos no emancipados o personas dependientes, el mantenimiento de la unidad familiar o su sostenimiento económico.

Llama la atención el desconocimiento de las diferentes características, sociales y personales, que las hacen vulnerables a la entrada en el mundo penal y el desentendimiento sus necesidades. A falta de una política global de género en el ámbito penitenciario, en el Centro Penitenciario de Alcalá de Guadaíra, (Sevilla) se ha diseñado un ambicioso programa de intervención basado en sus características, necesidades y demandas. En esta intervención se pone de manifiesto la intención de reeducar y reinsertar a estas mujeres de la sociedad por parte de las instituciones, ya que estos son sus principios básicos. Pero nada más fuera de la realidad esto nos muestra una visión utópica de la sociedad ya que la mayoría de las mujeres encarceladas, al salir de su cautiverio, van a seguir viviendo en un ambiente marginal y de despersonalización que le llevará a una vida, puede que no igual de conflictiva, pero todavía sin sus necesidades básicas cubiertas.

Pero centrándonos en la intervención, la metáfora que resume el objetivo es el de la escalera, ya que consiste en ir subiendo peldaños para encontrarse poco a poco más arriba en la escala social. Evidentemente cada escalón tiene su plan organizado para poder conseguir estos pequeños objetivos, y con una notable diferencia a lo largo del proceso, el principio es lo más difícil.

Se propone un modelo de intervención como un proceso a largo plazo de logros constantes, desde un cierto grado de dependencia a la plena autonomía personal. (Autosuficiencia). Una combinación de programas de formación, de intervención personal y de servicios sociales que permitan a estas mujeres una mejora en sus capacidades personales, y les ayuden a ejercer plenamente sus derechos de ciudadanía.

A continuación vamos a exponeros los pasos a seguir en la intervención redactados en este artículo, pero en primer lugar lo primero que hay que solventar son las problemáticas socio-familiares que desencadenan el ingreso en prisión.

Por otra parte la orientación legal, actualización de la documentación personal y familiar, acceso a ayudas y asesoramiento de los servicios sociales disponibles, procedimientos familiares, restaurar los vínculos familiares deteriorados y potenciar redes de apoyo entre las compañeras de internamiento.

Continuando con la intervención es muy importante adquirir destrezas básicas como:

Hábitos de higiene, normas fundamentales de convivencia, habilidades básicas para el mantenimiento de una actividad regular, adquisición de destrezas motrices esenciales para el desarrollo de cualquier actividad.

En tercer lugar, el campo de la educación no puede faltar ya que la mujer ha de sentirse útil y capaz de cualquier cosa por lo que el trabajo en cursos de formación profesional son muy aconsejables.

Por lo que aquí os dejamos una pequeña muestra de cómo intervenir las necesidades de la mujer dentro de una prisión para que el ser madre no sea el fin de una vida plena.

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